
Según a declarado el geo biólogo Joan Carles López Sancho, la mayoría de las personas desconoce la toxicidad que significan las redes de conexión Wi-Fi, pues la radiación que recibe el cuerpo, en especial las manos y la cabeza, representa un riesgo sutil y silencioso que afecta el sistema nervioso central.
Experto en descontaminación electromagnética y
radiaciones, así como director de la Federación Ambientalista Internacional de
España, López Sancho dijo que las conexiones Wi-Fi, de las cuales se calcula
hay unas 280 millones de redes en el mundo, emite muchísima más radiación que
una antena de un teléfono móvil.
Por ello es que la FAI ha declarado el 8 de noviembre
para crear conciencia del “mal silencioso” que significan este tipo de
conexiones y promover tecnologías más sanas como la fibra óptica que además
tendría una mayor eficiencia para la velocidad.
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